sábado, 9 de septiembre de 2017

ORBANEJA DEL CASTILLO


A poco más de 50 km. al norte de Burgos, se encuentra el pueblo de Orbaneja del Castillo en las Hoces del Alto Ebro.



Aunque parezca que vamos siguiendo el río Ebro, es pura casualidad esta visita que no guarda relación con nuestra anterior entrada y solo es fruto de la casualidad.



Comenzamos la visita en el lugar donde las aguas procedentes del pueblo se vierten en el río Ebro y vamos a ir subiendo hasta el lugar de su nacimiento.



El agua se va precipitando formando cantidad de saltos que, a pesar de la escasez en esta época del año, va formando bellas cascadas.






Una de las cosas que más nos llama la atención es el hermoso y transparente color del agua.





Seguimos subiendo y nos vamos acercando al centro del pueblo  mientras admiramos los magníficos edificios de piedra con que nos encontramos.







Ya en la plaza principal, nos maravillamos con los murallones que rodean a este singular pueblo.





Es el momento de dirigirnos a la Cueva del Agua que es el lugar donde manan de la tierra las aguas de las anteriores cascadas.



Entramos en la cueva que se encuentra iluminada de forma bastante tosca.








Llegamos al lugar donde aparece el agua con un ruido muy fuerte y, lamentablemente, no podemos continuar más adelante por no ir convenientemente equipados.




Salimos de la cueva dispuestos a continuar la visita hacia la parte más alta de las hoces.





Vamos tomando altura y nos detenemos en una pequeña plataforma que hace las veces de mirador sobre el pueblo.




Retrocedemos y continuamos la subida por un camino que tiene señales de ser un PR.





Llegamos al final de este camino tallado en la piedra y nos percatamos de que estamos en la parte alta de las Hoces del Ebro y ante nosotros se extiendo una inmensa planicie donde las aguas han tallado la profunda hendidura para abrirse paso.




Miramos el mapa que tenemos en la tablet y vemos una indicación de la ermita de San Vicente y vamos caminando un rato sin encontrar la citada ermita, por lo que decidimos dar la vuelta, ya que es la hora de comer.





Cuando llegamos al pueblo, nos enteramos que la citada ermita está entre sus casas y no donde la buscábamos.




Comemos en uno de los varios bares que hay y más tarde nos dedicamos a pasear por todos los rincones de tan bonito pueblo.













Finalizamos la visita de este recóndito lugar situado en un lugar incomparable.





Han sido 3,33 kilómetros en 2 horas y 23 minutos.
Ganancia en altitud 195 / -170 metros.
Pendiente máxima 53,4 / -49,8 %
Pendiente media 15,9 / -12,0 %
Hicimos la ruta el 6 de septiembre de 2017.




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